A algún lado en bicicleta,
ya era hora de cambiar de nombre,
despues de Mongolia, Siberia, y despues del otoño el invierno, frío que cala ahasta los huesos, y siempre siempre cansado y siempre contando arboles, y la hopitalidad rusa de lo mejor, y un ahhh atkuda iedish?? Uruguay da da!! , Uruguay, Marihuana, !!,como me dijera uno, me levante a abrazarlo, o la mujer que dice Ushe America da? y después empieza a cantar el pueblo unido jamás será vencido, lo aprendió en las clases de comunismo en la URSS, antes había algo por lo que luchar, y las rusas hermosas que a uno lo dejan mascullando cosas insensatas en la bici y noo noo noo nooo puede ser tan hermosaaaa y esas sonrisas con ojos celestes, Anastasia te amo, Anastasia, dejame descansar en tu pecho, un minúto, lo que dura tu sonrisa Anastasia y decime que me querés, aunque no sea verdad Anastasia, sólo una ves, trasladame a ese mundo perdido del cual solo me queda la nostalgía, pero quien es Anastasia sino alguien imaginaria y ahi un muchachito como martin, sigue solitario, más solo que cuando se fué, triste porque sabe, o cree saber, que los absolutos no existen,
Y la taiga, la interminable hermosa y fría taiga Rusa, Rusia, después el Lejano Este y después, mucho después, y un tren,, al final me tuve que tomar un tren, se rompió la bici, 700 km para poder llegar a una ciudad y repararla, no siempre se gana, después, sí, porque existir, existe, auqnue ya empezaba a pensar que no, Vladivostok, Vladivostok, con solo nombrarla suena a lugar perdido del otro lado del mundo.