Dejo pasar uno y tomo el barco que sale una semana despues hacia Sulawesi, Ria me trata casi que como a un marido; el dia antes, mientras me mira empujar la ropa dentro de las alforjas, Ria me dice: puedo? y empieza a doblar mi ropa, "esta remera huele un poco mal".
El barco me deja en Pare Pare, cerca de Tana Toraja. Cuentan que los torajanos fueron desplazadeos río arriba, hacia las montañas isla adentro, y el relativo aislamiento de la zona ha hecho que mantuvieran sus costrumbres incluso hasta el día de hoy, con casas y tumbas con formas que aparecen solo en los cuentos, hecatombes de bueyes, festivales, y efigies que cuidan la tumba de los que ya no están acá, con las manos hacia adelante cargando el alma hacia el más allá.
Al no dar en fecha con ningún funeral importante (Amor me cuenta que a finales de Diciembre se va a celebrar un funeral de gente muy adinerada, que van a sacrificar más de 300 búfalos) juzgo un poco tarde para mi, y decido continuar hacia el norte, pasando por el Lago Poso.
En Tentena, Nene Nadia, cristiana devota si las hay, me pide si puedo hacer de Papa Noel, es que necesitan
un blanquito, y yo sin pensarmelo mucho digo que si, suponiendo que será solo sentarme bajo un arbolito y entregar unos regalos y jojojo el siguiente.
Pasmado quedé al ver el camioncito con la decoración navideña y parlantes de discoteca.
Y eso para que?
"Papa noel Dariii Uruguayyy!!!, Aleluyaaa!!" espetaban los altoparlantes del camión, a todo volumen, y a mi
se me revolvía el estómago. Si hubiese sido yo quien ve pasar el camión, hubiese sentido verguenza ajena.
El camión se paseaba por el pueblo y se detenía en las casas para que Santa se bajara, y entragara los regalos a los nenes. los cuales casi siempre se ponían a lloran, y sus padres le sasaban fotos a Mister Claus.
Es que Pendolo está dividida entre Cristianos y Musulmanes, y hasta hace unos anhos hubo una guerra entre los diferentes bandos, con bomba incluida en el mercado, que debió ser cambiado de lugar.
La información que consigo en Tentena acerca de la ruta que va hacia el valle de Bada es desalentadora, de que ha sido muy castigada por los deslices de tierra, que es temporada de lluvias y es un barral, y que además hay que volver, hay que hacerla dos veces. porque Bada es un Valle sin salida, sólo un camino muy angosto de barro, piedras y empinado enlaza hacia el norte con Gimpu, pero eso, me dicen, no es posible de hacer en la temporada de lluvias, justo entre Noviembre y Enero.
Compruebo que la ruta es realmente terrible, con grandes tramos llenos de barro y unas pendientes que hacen difícil empujar la bicicleta totalmente cargada cuesta arriba.
Cuando llego al Bada en noche de luna llena, me reciben Palindo - un ser de piedra de entre 1000 y 3000 años de edad, con los ojos saltones y un enorme miembro - y otros tantos Megalitos, quizás desde la edad de Bronze
La última noche en el Bada la paso en Lenkeka, con la familia de Nene Nadia, que me dice que soy un invitado en la casa que su familia tiene allí.
Al llegar cortan un coco de la palmera y me lo dan, y me dicen si me quiero bañar, y después de la puntial lluvia torrencial diaria, me encuentro con mi primera ducha caliente en 2 meses, en una terma natural que brota de la tierra, con un fuerte olor a sulfuro, y bien caliente.
Me relajo antes de entrar en la selva.
Muy cansado, con la cabeza enterrada en el manillar y el corazón que se me sale respiro profundo el aire húmedo cargado de olor a tierra y vida de la selva que me rodea. Son días largos y duros, en comunión con la naturaleza, rompo rayos y un pedal y los frenos duran apenas unas horas con tanto barro, asi que tengo que cambiarlos continuamente. Un principio de tendinitis en la mano derecha, de tanto frenar en las bajadas y subidas, me hace utilizar solo la mano izquierda.
La ruta es si, imposible en bici, así que no queda otra que cargar y empujar.